martes, 14 de abril de 2009

EDUCAR EN COMPETENCIAS

Teniendo en cuenta las competencias, sitúate como persona adulta

La mejora de la calidad de vida es la finalidad esencial de toda persona, y para alcanzar este objetivo dentro de la esfera educativa, es necesario tener en cuenta una serie de características y competencias. Es por ello que la persona adulta pretende, ante todo, adquirir una formación elemental, así como conseguir las competencias necesarias para desarrollarse de forma apropiada dentro de su sociedad; sociedad cada vez más innovadora e invadida de medios de comunicación y las nuevas tecnologías que avanzan de manera galopante y que empujan a la necesidad de renovación en la formación académica, laboral, etc. Pues, toda persona tiene el derecho pleno a la alfabetización, pues el analfabetismo que afecta considerablemente a gran porcentaje de personas adultas, y ello es el principal elemento que se debe erradicar para lograr la meta de la plena formación integral de la persona, así como contribuir a su bienestar individual, social, cultural y económico personal e individual. La persona adulta necesita que se le brinde la oportunidad de aprender y de crear durante toda su vida.

Del mismo modo, es importante tener en cuenta la necesidad primordial de una adecuada formación orientada al ámbito laboral, algo de importancia vital en estos tiempos que corren, donde la búsqueda de personal emprendedor y plenamente formado académica y personalmente es un requisito que se hace cada vez más evidente a la hora de encontrar y/o permanecer en un puesto de trabajo en buenas condiciones. Hoy en día es relevante la actualización formativa, así como la mejora de la cualificación profesional. Ni que decir tiene la relevancia que actualmente posee la adecuada formación en un segundo idioma. Sabemos que a medida que la persona se hace adulta, le resulta más difícil adquirir conocimientos de manera factible como ocurre con los más jóvenes, y por ello es tan importante prestarles la atención que merecen, pues todos tenemos el derecho de aprender durante todo nuestro ciclo vital.

En conclusión, cabe mencionar que, desde el ámbito pedagógico, cuando nos referimos a la educación de adultos nos estamos dirigiendo a aquellas personas que, tras haber dejado el sistema escolar, tienen la necesidad de una formación académica adecuada para poder lograr el correcto desarrollo de actitudes e interiorización de los valores precisos para llevar a cabo el papel que les corresponden en la sociedad. (Amador, L., Monreal M.C., Mateos, F.: La educación de personas adultas en el ámbito de la educación social).

Es por todo ello que es realmente necesaria la creación de una educación permanente. En esta línea es donde hallamos, de forma paralela, el establecimiento de la educación destinada a las personas adultas (EPA).