jueves, 7 de mayo de 2009

Diferencias entre educación permanente y educación de personas adultas:

Como hemos de saber, la educación hace referencia a un continuo que cubre todo el ciclo vital de la persona, con independencia, asimismo, de su escolarización o no, así como de su etapa vital. Es por ello que debe resaltarse su carácter universal y su pretensión de abarcar toda nuestra vida.


Así pues, el continuo avance tecnológico y las numerosas transformaciones sociales dentro de nuestro complejo mundo, nos lleva a la necesidad de existencia de una educación permanente, esto es, en continua renovación y reciclaje, a la par que surgen los diversos cambios y avances culturales, histórico, científicos, económicos, etc.

Hemos de tener siempre presente que nuestro aprendizaje a lo largo de la vida no es terminal, no acaba nunca, pues, ¿Qué sucedería si el proceso de aprendizaje fuera limitado, llegara a un fin? Sería, evidentemente, bastante grave. Es así como nos damos cuenta de que la educación permanente es algo que debe estar presente siempre, a lo largo de toda nuestra vida, hemos de apreciarla como una educación universal, abierta, no solo impartida dentro de unas aulas o dentro de un sistema educativo formal, sino también, dentro del no formal e informal. Nadie ha de ser excluido de esta educación, pues es un derecho universal.

Podemos decir que la educación permanente se refiere a un proceso continuo, es un principio organizador de la educación y posee carácter integral, global y democrático. Asimismo, cuando hablamos de educación permanente, hablamos de un proceso dinámico y flexible, a una educación abierta cuya finalidad principal es el fomento de la calidad de vida. Reseñando a Martín Ibáñez, hemos de citar que la educación permanente “se caracteriza, entre otros rasgos, por la libertad y flexibilidad para que cada individuo seleccione los aprendizajes más adecuados a su circunstancias e invierta el tiempo y los recursos que estime oportunos” ( Marín Ibáñez, 1988).

De manera general, por tanto, consideramos a la Educación Permanente como el principio que debe guiar la reestructuración del sistema educativo, al mismo tiempo que comprende, unifica y organiza todas las etapas y las distintas modalidades educativas. A diferencia de la EPA, aquélla concierne a todas las personas, sea cual sea su edad, se refiere a todas las áreas del saber, pretende el desarrollo integral de la persona y reconoce todas las formas posibles de proporcionar educación. En suma, tal y como se ha indicado anteriormente, es una forma global, integral de entender la educación, en donde los distintos sistemas o sectores (la EPA entre ellos) se consideran elementos pertenecientes a la misma. Estos rasgos hacen que también reciba el nombre de aprendizaje permanente (lifelong learning) y, más en general, el de educación a lo largo de la vida.

Del mismo modo, los objetivos de la educación permanente, son, entre otros, contribuir al bienestar individual, social, cultural y económico personal e individual; mejorar la calidad de vida de los ciudadanos; fomentar la igualdad de oportunidades en todas las etapas del proceso educativo.

Por su parte, la educación de personas adultas concierne a un proyecto de carácter global, el cual abarca todos los procesos educativos organizados, así como todos los ámbitos de la formación. Como su misma designación indica, se dirige a al ámbito de las personas adultas. Cabe decir que, como diferencia principal con respecto a la educación permanente, la educación de personas adultas se engloba dentro del contexto de aquélla. Así pues, como se ha señalado en líneas anteriores, sus destinatarios son aquéllos que están en edad post-escolar. Entre las funciones principales de la educación de personas adultas, hemos de destacar las siguientes:

  • Asegurar el derecho a la alfabetización y a la enseñanza básica
  • Brindar a la persona adulta la oportunidad de aprender durante toda su vida
  • Ayudar a lograr el equilibrio adecuado
  • Establecerse en una respuesta adecuada para afrontar las transformaciones
  • Contribuir al fortalecimiento de la democracia
  • Desarrollar las capacidades de participación en la vida social y cultural


Si bien, al igual que la educación permanente, su meta principal es la formación integral de la persona.

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